Fluir. 

 

Es una forma de estar, de vivir, implica una forma de hacer las cosas en relación a los demás, a todo lo que hay, a todo lo que es, a todo lo que existe, y sobre todo a uno mismo. Se fluye cuando todo se hace con amor, y se nota y se percibe que estamos fluyendo cuando todo lo que hacemos sale con facilidad, cosas que podrían perjudicarnos se sortean de forma extraordinariamente sencilla, desaparecen las barreras, los inconvenientes, y hacemos cosas de una forma que en otros momentos podríamos haber considerado imposibles.

 

Hay muchas formas que se consideran adecuadas para fluir, cada persona es un mundo en si misma, y tiene consideraciones propias a ese respecto, no es mi objetivo con este comentario cuestionar la opinión de nadie a este respecto, si lo es expresar mi opinión al respecto que puede coincidir o no con la de otras personas.

 

En mi opinión muchas prácticas que son consideradas fluir simplemente no lo son, aunque también se puede decir de otra forma, muchas prácticas que se consideran fluir no son un fluir hacia el amor, son un fluir hacia un no fluir, es decir bloqueo, dolor y enfermedad.

 

Creo que no es necesario comentar específicamente ninguna de las prácticas sociales archiconocidas que generan ese fluir hacia un no fluir, como son los tóxicos, dependencias afectivas, alimentación inadecuada, falta de ejercicio, etc., etc., etc., lo dejo aquí ya lo he explicado muchas veces en otros apartados de esta página.

 

Vamos ahora con prácticas para fluir que muchas personas utilizan de forma intuitiva, y simplemente suponen un caminar en pos de todo aquello que nos facilita felicidad, paz, armonía y bienestar, sin costes secundarios.

 

Una persona que fluye no va acelerada, mantiene un ritmo adecuado a sus posibilidades y capacidad, se enfoca constantemente en prácticas, trabajos, relaciones y compañías en las que se siente bien, en las que aporta amor y que le aportan amor, y son diferentes en relación a cada uno, si le hace feliz, a ello, y cuando percibe que eso no es así, en lugar de exigir ese amor a esas personas, situaciones o cosas, simplemente se desplaza a otra práctica, actividad, o compañía en la que se siente feliz, valorado, pudiendo dar amor, y recibir amor.

 

En cuanto a que prácticas son esas, es variable para cada uno, para unos unas cosas para otros otras.

 

El fluir no entiende de exclusividades, de propiedades afectivas, se da, o no se da, si no se da, continua tu camino, y se mostrará en otras situaciones, personas, actividades, no te quedes enganchado donde no se da, dejarás de fluir.

 

Cuando en una situación, relación o actividad, no se da ese fluir, reinventa esa situación tal vez encuentres alguna otra forma de que fluya, pero tampoco hace falta forzar esa situación, en muy poco tiempo puede ser evidente, tras hacer varias propuestas si estas son aceptadas, o rechazadas sistemáticamente, y si se plantean alternativas constructivas para fluir o no se hacen, si esa persona o actividad está en armonía contigo mismo. En cualquier caso es la elección y la valoración de uno mismo, quien debe ser nuestro guía.

 

Un error común al considerar el fluir es sentir necesidad de algo o alguien para sentirse bien, ya que se basa en la dependencia de una idea, de una sustancia, de una situación, de una persona, y cuando se condiciona la felicidad a algo, se fluye hacia el bloqueo, hacia un no fluir.

 

Conclusión: Si te sientes feliz con lo que haces, con lo que sientes, con quien estás, y si eso que te hace feliz inicialmente no está y aún así, no pasa nada, y en lugar de sentirte mal simplemente te dedicas a otra cosa y te sientes igualmente feliz, estás fluyendo.

 

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